
Para terminar con las novedades correspondientes a 2024, fruto de nuestro empeño en seguir mejorando la información ofrecida a través de nuestros catálogos web, os informamos de que hemos incorporado a nuestras bases de datos y publicado 1142 fo...
Configurada por la unión de dos volúmenes, uno de tres alturas y otro, rodeando al primero, de dos alturas; ambos terminan en terraza con remate curvo.
La planta baja consta de zona noble con vestíbulo de entrada a doble altura accesible desde Av. de Cataluña, donde se sitúa la escalera, sala de visitas, despacho, comedor y sala de billar, y de zona de servicio donde se sitúa una pequeña escalera de caracol, con lavadero, fregadero, cocina y despensa.
La planta primera o principal, consta de un oratorio o capilla, dos miradores con vistas al jardín, dos dormitorios, y un baño.
La planta segunda, de menor tamaño que las inferiores, cuenta con cuatro habitaciones para el servicio y dos aseos, y está rodeada por una gran terraza que da a las cuatro fachadas del edificio.
En la fachada principal se distinguen dos volúmenes de diferente altura delimitados verticalmente por grandes pilastras decoradas con azulejos con remate de pináculos en forma de jarrón. Cuenta con tres plantas, en la baja, centrada, está la puerta de acceso en arco escarzano, flanqueada por dos ventanas idénticas protegidas con rejería de fina labor; dos ménsulas ornamentales se disponen a ambos lados de la puerta sustentando la cornisa que remata la planta. Las plantas superiores organizan su composición por medio de dos pilastras que delimitan tres columnas de vanos, los de la planta noble son ventanales de dintel ligeramente curvo y los de la planta superior, óculos elípticos; los vanos están decorados con molduras, pequeñas guirnaldas y medallones, y las pilastras con tiras de azulejos con decoración polícroma. Un frontispicio curvo remata la calle central por encima de la cornisa, alojando un tondo de azulejos con el escudo de la familia.
El volumen de dos alturas, ciego, presenta en la planta noble cuatro paneles con mosaicos representando los signos zodiacales correspondientes al comienzo de las estaciones: aries, cáncer, libra y capricornio.
La fachada posterior cuenta con dos alturas. Destaca un cuerpo avanzado, con porticado de arcos rebajados apoyados en pilares en la planta inferior, y galería acristalada con antepecho decorado entre pilares rematados con pináculos en la planta superior; está realizado con ladrillo de aparejo muy trabajado y se decora con azulejos con motivos florales y mosaicos en los antepechos y los pilares.
El resto de la fachada está ocupado por un mirador cuya planta baja presenta igual composición que la del cuerpo avanzado; la primera planta presenta galería con columnas revestidas de azulejos polícromos y coronadas con zapatas decoradas y antepecho con balaustrada .
Una amplia terraza se desarrolla sobre estas galerías, destacándose al fondo el volumen de la zona de servicio.
En la fachada este destaca un amplio balcón de planta semicircular en la planta noble; coronando la fachada se dispuso un remate escalonado de perfil curvo.
En la fachada oeste presenta un cuerpo saliente curvo, ciego y decorado con azulejos con motivos ornamentales polícromos, en el que destacaba la balaustrada de la primera planta, y un remate central con el escudo de la familia, todo ello estaba coronado por un cupulín completamente recubierto con mosaicos; al fondo se destaca el remate escalonado de perfil curvo que remata el cuerpo de tres alturas.
Si bien para la imaginación popular la mayoría de los puentes que encontramos sobre nuestros ríos son “puentes romanos”, realmente el momento álgido de su construcción en nuestra región fue la baja Edad Media. Fruto de una reorganización del territorio aragonés promovida por la monarquía y de la configuración de una nueva red de comunicaciones, entre el siglo XIII y comienzos del siglo XVI se fueron tendiendo sobre nuestros ríos los puentes más interesantes que todavía hoy podemos contemplar. Conoceremos los más destacados ejemplos de obras medievales en nuestra región, pero antes indagamos en el contexto que rodeó esta proliferación de puentes, descubriendo cómo se planificaron, quiénes los financiaron y los construyeron y los mecanismos que se establecieron para sufragar el mantenimiento constante y gravoso que requieren estas infraestructuras.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002